El turismo
se ha reconocido como un ente complejo cuya funcionalidad depende de la
relación que existe entre los elementos que lo componen. Dentro de estos
elementos se encuentra uno que, hasta épocas recientes, ha sido desatendido
considerablemente por los académicos; la comunidad receptora de turismo. La comunidad
receptora, por la importancia que ésta tiene en el desarrollo funcional u
obstaculización del turismo, mantiene relevancia en los procesos de
planificación turística, sea ésta a nivel nacional, regional o local ablar de
turismo desde una perspectiva integral requiere la consideración de todos
aquellos elementos que conforman dicha actividad. Esto incluye,
indiscutiblemente, a la comunidad receptora Dentro de la literatura existente,
en términos conceptuales se revela una problemática constante: la concepción de comunidad. El concepto
comunidad local/ receptora se ha reconocido como un término constante en la
literatura turística. Esto se refleja claramente no sólo en el número de
publicaciones que analizan de manera tangencial el aspecto comunitario local
del turismo, sino en aquellos textos cuyo objeto de análisis es exclusivamente
la comunidad local. La comunidad receptora como parte del sistema turístico
mantiene un papel muy importante con todos y cada uno de los otros elementos
que constituyen el sistema. La comunidad local es simple y complejamente un
elemento imprescindible en la existencia del turismo. Por un lado, la
comunidad, aunque quizá como parte de su vida ordinaria, provee los servicios
necesarios para la satisfacción de las necesidades de la demanda, del
visitante. Estos servicios incluyen no sólo aquellos relacionados con la
satisfacción de necesidades fisiológicas (hospedaje y alimentación), sino
también aquellos como servicios médicos, de recreación, y de consumo; es decir,
servicios que fueron mayormente generados para beneficio de la comunidad local
pero que son paralelamente aprovechados por el turismo.
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