CARTA
DEL TURISMO SOSTENIBLE.
CONFERENCIA MUNDIAL DE TURISMO
SOSTENIBLE.
Realizada en Lanzarote, Islas
Canarias, España, en abril de 1995.
Conscientes
de la realidad del turismo como fenómeno de alcance mundial que implica las más
altas y profundas aspiraciones de los pueblos, constituyendo un importante
elemento para el desarrollo social, económico y político en muchos países.
Reconociendo
que el turismo es una actividad ambivalente, dado que puede aportar grandes
ventajas en el ámbito socio-económico y cultural, mientras que al mismo tiempo contribuye
a la degradación medioambiental y a la pérdida de la identidad local, por lo
que debe ser abordado desde una perspectiva global.
Conscientes
de que los recursos en los que se basa el turismo son frágiles, así como de la
creciente demanda de una mayor calidad medioambiental.
Reconociendo
que el turismo, como posibilidad de viajar y conocer otras culturas, puede promover
el acercamiento y la paz entre los pueblos, creando una conciencia respetuosa sobre
la diversidad de modos de vida.
Recordando
la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la
Asamblea
General de las Naciones Unidas, y las diversas declaraciones de Naciones Unidas,
así como los convenios regionales, sobre turismo, medio ambiente, conservación del
patrimonio cultural y desarrollo sostenible.
Guiados
por los principios enunciados en la Declaración de Rio sobre el Medio Ambiente
y el Desarrollo, además de las recomendaciones emanadas de la Agenda 21.
Recordando
las declaraciones previas en materia de turismo, como la Declaración de Manila
sobre el Turismo Mundial, la Declaración de La Haya y la Carta de Turismo y Código
del Turista.
Reconociendo
la necesidad de desarrollar un turismo que satisfaga las expectativas económicas
y las exigencias ambientales, que no sólo sea respetuoso con la estructura socioeconómica
y física de cada destino, sino también con las poblaciones receptoras.
Considerando
la prioridad de proteger y reforzar la dignidad humana, tanto de las comunidades
locales como de los turistas.
Conscientes
de la necesidad de establecer alianzas eficaces entre los principales actores que
participan en la actividad turística, con el fin de forjar la esperanza de un
turismo más responsable con nuestro patrimonio común.
APELAN
a la comunidad internacional, y en particular INSTAN a los gobiernos, a las demás
autoridades públicas, a los decisores y profesionales en materia turística, a
las asociaciones e instituciones públicas y privadas relacionadas con el
turismo y a los propios turistas, a adoptar los siguientes principios y
objetivos de esta declaración:
1.
El desarrollo turístico deberá fundamentarse sobre criterios de sostenibilidad,
es decir, ha de ser soportable ecológicamente a largo plazo, viable
económicamente y equitativo desde una perspectiva ética y social para las
comunidades locales.
El
desarrollo sostenible es un proceso orientado que contempla una gestión global
de los recursos con el fin de asegurar su durabilidad, permitiendo conservar
nuestro capital natural y cultural, incluyendo las áreas protegidas. Siendo el
turismo un potente instrumento de desarrollo, puede y debe participar activamente
en la estrategia del desarrollo sostenible. Una buena gestión del turismo exige
garantizar la sostenibilidad de los recursos de los que depende.
2.
El turismo tendría que contribuir al desarrollo sostenible, integrándose en el
entorno natural, cultural y humano, debiendo respetar los frágiles equilibrios
que caracterizan a muchos destinos turísticos, en particular las pequeñas islas
y áreas ambientalmente sensibles. La actividad turística deberá prever una evolución
aceptable respecto a su incidencia sobre los recursos naturales, la
biodiversidad y la capacidad de asimilación de los impactos y residuos
producidos.
3.
La actividad turística ha de considerar los efectos inducidos sobre el
patrimonio cultural y los elementos, actividades y dinámicas tradicionales de
las comunidades locales. El reconocimiento de estos factores locales y el apoyo
a su identidad, cultura e intereses, deben ser referentes obligados en la
formulación de las estrategias turísticas, especialmente en los países en vías
de desarrollo.
4.
La contribución activa del turismo al desarrollo sostenible presupone
necesariamente la solidaridad, el respeto mutuo y la participación de todos los
actores implicados en el proceso, tanto públicos como privados. Esta concertación
ha de basarse en mecanismos eficaces de cooperación a todos los niveles: local,
nacional, regional e internacional.
5.
La conservación, la protección y la puesta en valor del patrimonio natural y
cultural, representa un ámbito privilegiado para la cooperación. Por parte de
todos los responsables, esta actitud implica un auténtico reto de innovación
cultural, tecnológica y profesional, que además exige realizar un gran esfuerzo
por crear y desarrollar instrumentos de planificación y de gestión integrados.
6.
Los criterios de calidad orientados a la preservación del destino turístico y a
la capacidad de satisfacción del turista, determinados conjuntamente con las
comunidades locales y basados en los principios del desarrollo sostenible,
deberían ser objetivos prioritarios en la formulación de las estrategias y
proyectos turísticos.
7.
Para participar en el desarrollo sostenible, el turismo debe asentarse sobre la
diversidad de oportunidades ofrecidas por la economía local, garantizando su
plena integración y contribuyendo positivamente al desarrollo económico local
8.
Toda opción de desarrollo turístico debe repercutir de forma efectiva en la
mejora de la calidad de vida de la población e incidir en el enriquecimiento
sociocultural de cada destino.
9.
Los gobiernos y autoridades competentes, con la participación de las ONG y las comunidades
locales, deberán acometer acciones orientadas a la planificación integrada del
turismo como contribución al desarrollo sostenible
10.
Reconociendo que la cohesión social y económica entre los pueblos del mundo es
un principio fundamental del desarrollo sostenible, urge impulsar medidas que
permitan un reparto más
equitativo de los beneficios y cargas producidos por el turismo. Ello implica un
cambio en los modelos de consumo y la introducción de métodos de fijación de
precios que permitan la internalización de los costes medioambientales.
Los
gobiernos y las organizaciones multilaterales deberían priorizar y reforzar las
ayudas directas o indirectas a los proyectos turísticos que contribuyan a la
mejora de la calidad medioambiental. En este marco, es necesario investigar en
profundidad sobre la aplicación de instrumentos económicos, jurídicos y fiscales
internacionalmente armónicos que aseguren el uso sostenible de los recursos en
materia turística.
11.
Las zonas vulnerables desde el punto de vista ambiental y cultural, tanto las
actuales como las futuras, deberán recibir prioridad especial en materia de
ayuda financiera y cooperación técnica al desarrollo turístico sostenible. También
han de recibir tratamiento especial las zonas degradadas por los modelos
turísticos obsoletos y de alto impacto.
12.
La promoción de formas alternativas de turismo coherentes con los principios
del desarrollo sostenible, así como el fomento de la diversificación de los
productos turísticos, constituyen una garantía de estabilidad a medio y largo
plazo. Para perseguir este fin, es necesario asegurar y reforzar de forma
activa la cooperación regional, particularmente en el caso de la pequeñas islas
y áreas de mayor fragilidad ecológica.
13.
Los gobiernos, la industria turística, las autoridades y las ONG responsables
del turismo deberán impulsar y participar en la creación de redes abiertas de
investigación, difusión, información y transferencia de conocimientos en
materia de turismo y tecnologías turísticas ambientalmente sostenibles.
14.
La definición de una política turística de carácter sostenible requiere
necesariamente el apoyo y promoción de sistemas de gestión turística
ambientalmente compatibles, de estudios de viabilidad que permitan la
transformación del sector, así como la puesta en marcha de proyectos de
demostración y el desarrollo de programas en el ámbito de la cooperación
internacional.
15.
La industria turística, en colaboración con los organismos y ONG con
actividades relacionadas con el turismo, deberá diseñar los marcos específicos
de acciones positivas y preventivas que garanticen un desarrollo turístico sostenible,
estableciendo programas que apoyen la ejecución de dichas prácticas. Realizarán
el seguimiento de los logros alcanzados, informarán de los resultados e
intercambiarán sus experiencias.
16.
Habrá de prestarse una atención especial al papel del transporte y sus efectos
sobre el medio ambiente en la actividad turística, así como al desarrollo de
instrumentos y medidas orientadas a reducir el uso de energías y recursos no
renovables, fomentando además el reciclaje y la minimización de residuos en las
instalaciones turísticas.
17.
Con el fin de que el turismo pueda ser una actividad sostenible, es fundamental
que se adopten y pongan en práctica códigos de conducta que favorezcan la
sostenibilidad por parte de los principales actores que intervienen en la actividad,
en particular por los miembros de la industria turística. Dichos códigos pueden
constituir instrumentos eficaces para el desarrollo de actividades turísticas
responsables.
18.
Deberán ponerse en práctica todas las medidas necesarias con el fin de
sensibilizar e informar al conjunto de las partes implicadas en la industria
del turismo, ya sea a nivel local, nacional, regional o internacional, sobre el
contenido y los objetivos de la Conferencia de Lanzarote.
RESOLUCIÓN
FINAL
La
Conferencia Mundial de Turismo Sostenible considera imprescindible hacer los siguientes
llamamientos públicos:
1.
La Conferencia recomienda a los gobiernos estatales y regionales formular, con carácter
de urgencia, planes de acción para un desarrollo sostenible aplicados al
turismo, en consonancia con los principios enunciados en esta Carta.
2.
La Conferencia acuerda elevar al Secretario General de Naciones Unidas la Carta
del Turismo Sostenible a fin de que pueda ser asumida por los Organismos y
Agencias del sistema de Naciones Unidas, así como por las Organizaciones
Internacionales con acuerdo de cooperación con Naciones Unidas, para ser
sometida a la Asamblea General de Naciones Unidas
. CODIGO
ETICO DE TURISMO CULTURAL
Marco
fundamental de referencia para el turismo responsable y sostenible, el Código
Ético Mundial para el Turismo es un conjunto omnicomprensivo de principios
concebido para orientar a los principales actores del desarrollo turístico.
Dirigido a gobiernos, empresas turísticas, comunidades y turistas por igual, su
objetivo es ayudar a maximizar los beneficios del sector, minimizando a la vez
sus posibles consecuencias negativas para el medio ambiente, el patrimonio cultural
y las sociedades de alrededor del mundo.
Aprobado
en 1999 por la Asamblea General de la Organización Mundial del Turismo, su
reconocimiento dos años después por las Naciones Unidas alentó explícitamente a
la OMT a promover el cumplimiento real de sus disposiciones. Aunque el Código
no es jurídicamente vinculante, incorpora un mecanismo de aplicación voluntaria
a través de su reconocimiento del papel del Comité Mundial de Ética del
Turismo, al que las partes pueden remitir cualquier cuestión relativa a la
aplicación e interpretación del documento.
Los
diez principios del Código cubren ampliamente los componentes económico,
social, cultural y ambiental de los viajes y el turismo:
Artículo
1: Contribución del turismo al entendimiento y al respeto mutuos entre hombres
y sociedades
Artículo
2: El turismo, instrumento de desarrollo personal y colectivo
Artículo
3: El turismo, factor de desarrollo sostenible
Artículo
4: El turismo, factor de aprovechamiento y enriquecimiento del patrimonio
cultural de la humanidad
Artículo
5: El turismo, actividad beneficiosa para los países y las comunidades de
destino
Artículo
6: Obligaciones de los agentes del desarrollo turístico
Artículo
7: Derecho al turismo
Artículo
8: Libertad de desplazamiento turístico
Artículo
9: Derechos de los trabajadores y de los empresarios del sector turístico
Artículo
10: Aplicación de los principios del Código Ético Mundial para el Turismo
DEFINICION
El
Código Ético Mundial para el Turismo (CEMT) es un conjunto amplio de principios
cuyo propósito es orientar a los agentes interesados en el desarrollo del
turismo: los gobiernos centrales y locales, las comunidades autóctonas, el
sector turístico y sus profesionales y los visitantes, tanto internacionales
como nacionales. Estos principios deben guiar el desarrollo del turismo y que
servirá de marco de referencia para los diferentes interesados en el sector del
turismo, con el objetivo de reducir al mínimo los efectos negativos del turismo
sobre el medio ambiente y el patrimonio cultural al tiempo que se aprovechan al
máximo los beneficios del turismo en la promoción del desarrollo sostenible y
el alivio de la pobreza, así como el entendimiento entre las naciones.
Este
caudal mundial de tradiciones se ha convertido en uno de los principales
motivos de los viajes, ya que muchos turistas buscan el encuentro con nuevas
culturas y la experiencia de disfrutar de la variedad de las artes escénicas,
la artesanía, los rituales, la gastronomía y las interpretaciones de la
naturaleza y del universo. El intercambio cultural que promueven estos
encuentros favorece el diálogo, afianza el entendimiento y, por ende, fomenta
la paz y la tolerancia.
Promover
un uso responsable de este patrimonio vivo con fines turísticos puede generar
nuevas oportunidades de empleo, ayudar a atenuar la pobreza, frenar el éxodo
rural y cultivar un sentimiento de orgullo entre los miembros de una comunidad.
El turismo ofrece también un poderoso incentivo para conservar y potenciar el
patrimonio cultural inmaterial, ya que los ingresos que genera pueden
reconducirse hacia iniciativas que ayuden a su vez a garantizar su
supervivencia a largo plazo. El patrimonio cultural inmaterial debe gestionarse
con suma cautela si se pretende que florezca en un mundo cada vez más
globalizado. Solo una verdadera alianza entre las comunidades y los promotores
del turismo y el patrimonio, construida sobre una valoración genuina de las
aspiraciones y valores de todas las partes puede garantizar su supervivencia.
TURISMO
SUSTENTABLE.
El
turismo sostenible o turismo sustentable es una forma de turismo que sigue los
principios de sostenibilidad.
El
turismo sostenible es una industria comprometida a hacer un bajo impacto sobre
el medio ambiente y cultura local, al tiempo que contribuye a generar ingresos
y empleo para la población local. El
turismo solidario se entiende como una forma de viajar que se basa en el
respeto de los viajeros hacia las personas y lugares que se visitan mediante un
acercamiento más profundo a la realidad del país y un intercambio cultural
positivo entre ambas partes. Además de contribuir al desarrollo económico de la
zona con el alojamiento en lugares gestionados por la comunidad, consumiendo
productos de comercio justo y visitando y colaborando en proyectos solidarios
que allí se lleven a cabo.
En definitiva, una manera de viajar que tenga
un impacto positivo tanto en las comunidades que visitan como en el propio
viajero. Aquellas actividades turísticas con el medio natural, cultural y social,
con los valores de una comunidad, que permite disfrutar de un positivo
intercambio de experiencias entre residentes y visitantes, donde la relación
entre el turista y las comunidades es justa y los beneficios de la actividad es
repartida de forma equitativa, y donde los visitantes tienen una actitud
verdaderamente participativa en su experiencia.
DESARROLLO
SUSTENTABLE
El
desarrollo sustentable es un proceso integral que exige a los distintos actores
de la sociedad compromisos y responsabilidades en la aplicación del modelo
económico, político, ambiental y social, así como en los patrones de consumo
que determinan la calidad de vida.
La
Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo, establecida por las
Naciones Unidas en 1983, definió el desarrollo sustentable como el
"desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer las
capacidades que tienen las futuras generaciones para satisfacer sus propias
necesidades".
El
desarrollo sustentable implica pasar de un desarrollo pensado en términos
cuantitativos - basado en el crecimiento económico - a uno de tipo cualitativo,
donde se establecen estrechas vinculaciones entre aspectos económicos, sociales
y ambientales, en renovado marco institucional democrático y participativo,
capaz de aprovechar las oportunidades que supone avanzar simultáneamente en
estos tres ámbitos, sin que el avance de uno signifique ir en desmedro de otro.
El
desarrollo sustentable, para serlo y diferenciarse del simple crecimiento,
tecnificación, industrialización, urbanización, o aceleración de los ritmos,
debe satisfacer ciertas condiciones, además de ser endógeno, es decir nacido y
adecuado a la especificidad local, y auto gestionado, es decir, planificado
ejecutado y administrado por los propios sujetos del desarrollo:
1.
Sustentabilidad económica, para disponer de los recursos necesarios para darle
persistencia al proceso;
2.
Sustentabilidad ecológica, para proteger la base de recursos naturales mirando
hacia el futuro y cautelando, sin dejar de utilizarlos, los recursos genéticos,
(humanos, forestales, pesqueros, microbiológicos) agua y suelo;
3.
Sustentabilidad energética, investigando, diseñando y utilizando tecnologías
que consuman igual o menos energía que la que producen, fundamentales en el
caso del desarrollo rural y que, además, no agredan mediante su uso a los demás
elementos del sistema;
4.
Sustentabilidad social, para que los modelos de desarrollo y los recursos
derivados del mismo beneficien por igual a toda la humanidad, es decir,
equidad;
5.
Sustentabilidad cultural, favoreciendo la diversidad y especificidad de las
manifestaciones locales, regionales, nacionales e internacionales, sin
restringir la cultura a un nivel particular de actividades, sino incluyendo en
ella la mayor variedad de actividades humanas;
6.
Sustentabilidad científica, mediante el apoyo irrestricto a la investigación en
ciencia pura tanto como en la aplicada y tecnológica, sin permitir que la
primera se vea orientada exclusivamente por criterios de rentabilidad inmediata
y cortoplacista".
La
sustentabilidad supone un cambio estructural en la manera de pensar el
desarrollo, en la medida en que impone límites al crecimiento productivo, al
consumo de recursos y a los impactos ambientales más allá de la capacidad de
aguante del ecosistema.
Trabajar
por el desarrollo sustentable implica avanzar simultáneamente en cinco
dimensiones: económica, humana, ambiental, institucional y tecnológica. La
característica de este proceso será diferente dependiendo de la situación
específica en que se encuentre un determinado país, región o localidad.
Los
indicadores para monitorear el progreso en las distintas dimensiones son
necesarios para ayudar a quienes toman las decisiones y elaboran las políticas
a todo nivel a mantenerse enfocados en el camino hacia el desarrollo
sustentable. El proceso de elaboración de indicadores es lento y complejo y
requiere numerosas consultas. Cuando aparece un nuevo indicador éste debe ser
puesto a prueba y modificado a la luz de la experiencia. Los indicadores económicos
son comúnmente los más usados. Sin embargo, los indicadores sociales,
ambientales e institucionales son esenciales para tener un panorama más
completo de lo que ocurre con el desarrollo.
El
desarrollo sustentable requiere manejar los recursos naturales, humanos,
sociales, económicos y tecnológicos, con el fin de alcanzar una mejor calidad
de vida para la población y, al mismo tiempo, velar porque los patrones de
consumo actual no afecten el bienestar de las generaciones futuras. Dependiendo
de las prioridades asignadas por los gobiernos, las empresas y la población en
su conjunto, cada país aplicará sus propias estrategias para alcanzar el
desarrollo sustentable.
La
Evaluación del Impacto Ambiental (EIA) es un procedimiento
jurídico-administrativo de recogida de información, análisis y predicción
destinado a anticipar, corregir y prevenir los posibles efectos directos e
indirectos que la ejecución de una determinada obra o proyecto causa sobre el
medio ambiente. Permitiendo a la Administración adoptar las medidas adecuadas a
su protección. El fin de la EIA es el de la prevención, que trata de evitar,
con anterioridad a su producción, la contaminación o los daños ecológicos, más
que combatir posteriormente sus efectos.
La
importancia del desarrollo sustentable radica en un hecho no menor: la
suposición de que la Humanidad no tiene que resignar su actual calidad de vida
o modernidad para cuidar y mantener el medio ambiente. Así, el desarrollo
sustentable resulta deslumbrante y práctico ya que no sólo representa ideas de
protección a la naturaleza y a todo aquello que nos rodea si no un modo de
llevar a cabo estas prácticas consientes y responsables en pos del beneficio
también de la Humanidad.
El
desarrollo sustentable nos dice que el ser humano es lo suficientemente capaz
como para crear nuevos métodos de subsistencia que no se basen en el daño al
medio ambiente pero que tampoco impliquen atraso. Así, para los defensores de
este tipo de teoría, es importante (y además urgente) recurrir a nuevas energías
que se basen en el uso de recursos renovables y no agotables como el petróleo,
a nuevas formas de comercio y consumo que no se centren en la noción de
productos descartables y transgénicos sino en la presencia de productos
orgánicos, sanos y que no transformen el medio ambiente.
IMPACTOS ECONOMICOS, SOCIOCULTURALES Y
AMBIENTALES DEL TURISMO
El
turismo genera grandes oportunidades económicas y socioculturales, sin embargo,
también genera impactos que bien pueden ser positivos o negativos, dependiendo
de cómo se desarrolle y de los controles que pueda tener. Es una actividad que
debe ser planificada y monitoreada permanentemente.
IMPACTOS
ECONOMICOS
El
turismo contribuye al mejoramiento de la economía del destino turístico y se
puede medir en cada país, a través de la balanza de pagos, considerándose esta
actividad en una exportación de servicios. Esto significa que se puede analizar
el aporte del turismo en relación con los flujos de dinero que pasan del
turista, a la comunidad receptora, es decir que se estudian los beneficios que
genera el turismo, sabiendo que los beneficios de los turistas se obtienen de
las experiencias que este vive en el destino turístico. A esto se le llama el
hecho económico del turismo
Los
ingresos para un país, pueden clasificarse de la siguiente manera:
Ingresos directos:
gastos de los turistas internacionales en el destino.
Ingresos indirectos:
gastos que se hacen dentro de la economía, directamente relacionados con la
actividad turística, sin ser necesariamente los establecimientos turísticos de
primera línea.
Ingresos inducidos:
salarios para las personas que trabajan en un servicio o establecimiento
turístico y que se traducen en ingresos para otros sectores.
IMPACTOS
SOCIOCULTURALES
Por
un lado, el turismo es la mejor ventana para conocer otras culturas y para
mostrar la propia, permite la interacción entre desconocidos que generan
vínculos y admiraciones, se transmiten mensajes de paz y cordialidad en la
mayoría de los casos. De todas formas y a pesar de que el turismo unifica las
culturas y crea encuentros entre estas, también genera impactos negativos a
nivel sociocultural en cualquier territorio en el que se produzca.
Uno de
los impactos es cuando el receptor observa al turista y sus costumbres y decide
imitarlos, cambiando sus tradiciones propias. Otro impacto muy relacionado con
el anterior es cuando los usos y los consumos de la población local se ven
afectados e incluso cambiados por la manera en que los turistas realizan las
mismas actividades. Un ejemplo de esto, es que, si una comunidad está
acostumbrada a comer alimentos directamente extraídos de la tierra y de forma
natural, cambia su actitud cuando encuentra a sus alrededores, restaurantes de
comida extranjera, como hamburguesas y comidas rápidas, seguramente la
costumbre de alimentarse naturalmente se perdería con el tiempo
IMPACTOS
AMBIENTALES
Por
un lado, a través del turismo, se puede enseñar a la gente a tener mejores
prácticas en su día a día en torno al medio ambiente. Utilizar menos agua,
reciclar, comprar comida orgánica, hacer compostaje, etc. Todas son buenas
prácticas que se pueden conocer a través de los viajes y cuando las personas
están en la mejor actitud para recibir esta información. Por otro, si bien se
le conoce al turismo como la industria sin chimeneas, cuando se hace de manera
descontrolada, masiva, se generan impactos negativos. Toda clase de ecosistemas
se ven afectados por el sector turístico.
En
los costeros la vegetación propia de este ecosistema se destruye, así como las
dunas y los manglares. La contaminación de playas y del agua del mar es otro de
los impactos que tiene el turismo en este ecosistema. Los recursos biológicos
de las montañas se ven fuertemente afectados por actividades de alto impacto
como el esquí, el uso de vehículos todoterreno el motociclismo entre otros…
También de bajo impacto como campamentos, caminatas y alpinismo. Estas
actividades provocan la eliminación de la vegetación, la degradación de los
bosques y la pérdida del habitad para la fauna y flora silvestre. En los
recursos hídricos de un territorio el turismo genera, así como en las costas,
muchas contaminaciones del agua y sus alrededores. En el caso de los pantanos
el drenaje es un impacto negativo muy alto.
PRINCIPIOS DEL TURISMO
SUTENTABLE Y SU IMPORTANCIA
El
turismo sustentable es una actividad económica con amplia repercusión en la
sociedad y cultura de los pueblos de un país. Desde una perspectiva estratégica
integra regiones y promueve la inclusión social.
El objetivo de las políticas públicas exteriorizadas
en programas y planes, no es tan sólo la ejecución de inversiones estatales,
sino el cumplimiento de los objetivos que además de requerir necesidades
financieras, debe considerar cuestiones sociales y geopolíticas.
La rentabilidad social de estos proyectos debe
ser positiva –al igual que la rentabilidad comercial-, para garantizar así el
sostenimiento de las actividades y sus conglomerados en el futuro. Esto supone
la financiación adecuada considerando la etapa de la inversión y de la actividad
en la región, con tasas de interés, plazos y montos apropiados para su
ejecución efectiva. Los inversores –al igual que la comunidad-, sopesarán los
riesgos económicos, comerciales y ambientales por el ejercicio de la actividad,
en tanto el Estado debe fomentar el aporte económico financiero para la
inversión de este tipo de turismo, de modo de apoyar la actividad, pero también
generar capacidades emprendedoras genuinas en los inversores que arriesguen sus
recursos monetarios.
Cuáles
son los principios contenidos en la Carta Internacional de Turismo sustentable.
Objetivos
de la Carta
Los
objetivos de la Carta Internacional de Turismo Cultural, son:
•
Facilitar y animar a cuantos están involucrados en la gestión y conservación
del Patrimonio para que transmitan su importancia tanto a la comunidad
anfitriona como a los visitantes.
•
Facilitar y animar a la industria del Turismo para que éste se promueva y
gestione con la finalidad de respetar y acrecentar el Patrimonio y las culturas
vivas de las comunidades anfitrionas.
•
Facilitar y animar al diálogo entre los intereses de la conservación del
Patrimonio y los intereses de la industria del Turismo, acerca de la
importancia y frágil naturaleza de los sitios con Patrimonio, sus variados
objetos y sus culturas vivas, incluyendo la necesidad de lograr un desarrollo
sostenible para ambos.
•
Animar a las partes interesadas para formular planes y políticas concretas de
desarrollo, objetivos mensurables y estrategias para la presentación e
interpretación de los sitios con Patrimonio y sus actividades culturales para
su defensa y conservación.
Además,
•
La Carta apoya otras iniciativas abiertas por ICOMOS, por otras instituciones
internacionales y por la industria del Turismo para mantener la integridad del
Patrimonio, su gestión y su conservación.
•
La Carta anima al compromiso entre todos aquellos que tengan intereses
relevantes o intereses ocasionalmente en conflicto, responsabilidades y
obligaciones, para que se esfuercen en poner de acuerdo sus objetivos.
•
La Carta anima a que las partes interesadas formulen pautas detalladas que
faciliten la puesta en práctica de los Principios de esta Carta, de acuerdo con
las peculiares circunstancias de cada una de ellas, o según las exigencias
planteadas por las comunidades u organizaciones pertinentes.
PRINCIPIOS
DE LA CARTA DE TURISMO CULTURAL
Principio 1
Desde
que el Turismo nacional e internacional se ha convertido en uno de los más
importantes vehículos para el intercambio cultural, su conservación debería
proporcionar oportunidades responsables y bien gestionadas a los integrantes de
la comunidad anfitriona, así como proporcionar a los visitantes la
experimentación y comprensión inmediatas de la cultura y patrimonio de esa
comunidad.
1.1
El
Patrimonio natural y cultural es al mismo tiempo un recurso material y
espiritual y ofrece una perspectiva de desarrollo histórico. Desempeña un papel
importante en la vida moderna y el público en general debería tener acceso
tanto físico como intelectual y/o emotivo a este Patrimonio. Los programas para
la protección y conservación del patrimonio natural y cultural en sus
características físicas, en sus valores intangibles, expresiones culturales
contemporáneas y sus variados contextos, deberían facilitar a la comunidad
anfitriona y al visitante, de un modo equilibrado y agradable, la comprensión y
el aprecio de los significados de este Patrimonio.
1.2
Los
aspectos individualizados del patrimonio natural y cultural tienen diversos
niveles de significación, algunos de valor universal, otros de importancia
nacional, regional o local.
Los
programas de interpretación deberían presentar estos significados de manera
relevante y accesible para la comunidad anfitriona y para el visitante, usando
métodos apropiados, atractivos y actuales en materia de educación, medios
informativos, tecnología y desarrollo personal, proporcionando información
histórica, cultural, además de información sobre el entorno físico.
1.3
La
interpretación y presentación de los programas debería proporcionar un alto
nivel de conciencia pública y el soporte necesario para la supervivencia del
Patrimonio natural y cultural a largo plazo.
1.4
Los
programas de interpretación deberían proporcionar el significado de los sitios
del Patrimonio y de sus tradiciones y prácticas culturales así como ofrecer sus
actividades dentro del marco tanto de la experiencia del pasado como de la
actual diversidad cultural de la comunidad anfitriona y de su región, sin
olvidar las minorías culturales o grupos lingüísticos. El visitante debería
siempre estar informado acerca de la diversidad de los valores culturales que
pueden adscribirse a los distintos bienes patrimoniales.
Principio 2
La
relación entre los sitios con Patrimonio y el Turismo, es una relación dinámica
y puede implicar valoraciones encontradas. Esta relación debería gestionarse de
modo sostenible para la actual y para las futuras generaciones.
2.1
Los
sitios con Patrimonio tienen un valor intrínseco para todo el mundo por
constituir la base de la diversidad cultural y del desarrollo social. La
protección y conservación a largo plazo de las culturas vivas, de los sitios
con Patrimonio, de sus variados objetos, de su integridad física y ecológica y
de su contexto medioambiental, debería ser un componente esencial en el
desarrollo de las políticas sociales, económicas, políticas, culturales y
turísticas.
2.2
La
interacción entre los recursos o valores del Patrimonio y el Turismo es
dinámica y está en continuo cambio, generando para ambos oportunidades y desafíos
así como potenciales situaciones conflictivas. Los proyectos turísticos, sus
actividades y su desarrollo, deberían conseguir resultados positivos y
minimizar los impactos negativos para el Patrimonio y para los modos de vida de
la comunidad anfitriona, al mismo tiempo que deberían responder a las
necesidades y expectativas del visitante.
2.3
La
conservación, la interpretación y los programas de desarrollo turístico
deberían basarse en la diáfana comprensión de los aspectos específicos y
significativos del Patrimonio en cada sitio en particular, a menudo complejos y
conflictivos. Es importante la continua investigación y el asesoramiento para
lograr una permanente comprensión y aprecio de estos significados.
2.4
Es
importante conservar la autenticidad de los sitios del Patrimonio y de la
variedad de sus objetos. La autenticidad constituye un elemento esencial del
significado cultural expresado a través de los materiales físicos, del legado
de la memoria y de las tradiciones intangibles que perduran del pasado. Los
programas deberían presentar e interpretar la autenticidad de los sitios y de
sus experiencias culturales para mejorar el aprecio y la comprensión del
patrimonio cultural.
2.5
Los
proyectos e infraestructuras y los proyectos para el desarrollo turístico
deberían
tomar
en cuenta la dimensión social, estética y cultural, los paisajes naturales y
culturales, las características de su biodiversidad, así como los amplios
contextos visuales de los sitios con Patrimonio. Deberían utilizarse preferentemente
los materiales propios de cada localidad y tomar en cuenta los estilos de la
arquitectura local y de la tradición vernácula.
2.6
Antes
de que un creciente turismo promueva o desarrolle sitios con Patrimonio, los
planes de gestión deberían sopesar los valores naturales y culturales de estos
recursos.
Los
planes de desarrollo deberían establecer límites adecuados para que el cambio
sea asumible, sobre todo en relación al impacto que un excesivo número de
visitantes puede producir en las características físicas del Patrimonio, en su
integridad ecológica, en la diversidad del Sitio, en los sistemas de transporte
y acceso y en el bienestar social, económico y cultural de la comunidad
anfitriona. Si el previsible nivel de cambio es inaceptable, deberían modificarse
los planes de desarrollo que se propongan.
2.7
Deberían
elaborarse programas de evaluación continua para valorar los impactos
progresivos de las actividades turísticas y de los planes de desarrollo en cada
Sitio o comunidad.
Principio 3
La
Planificación de la conservación y del turismo en los Sitios con Patrimonio,
debería garantizar que la Experiencia del Visitante le merezca la pena y le sea
satisfactoria y agradable.
3.1
Los
programas de Conservación del Patrimonio y los del Turismo, deberían ofrecer
contenidos de máxima calidad para optimizar la comprensión del visitante a
cerca de las características significativas del Patrimonio y la necesidad de su
protección, haciéndole capaz de disfrutar adecuadamente de su visita.
3.2
Los
visitantes deberían poder experimentar los sitios con Patrimonio de modo
tranquilo y a su propio ritmo, si éste es su deseo. De todos modos, pueden ser
necesarios itinerarios especiales de circulación de visitantes para minimizar
los impactos sobre la integridad y constitución física del Sitio y de sus
características naturales o culturales.
3.3
El
carácter sagrado de los sitios con significación espiritual así como sus
prácticas y tradiciones, constituyen un importante punto de reflexión para los
gestores de los sitios, los visitantes, los legisladores, los planificadores y
los operadores turísticos, Se debe animar a los visitantes para que se
comporten como huéspedes bienvenidos, respetando los valores y el estilo de
vida de la comunidad anfitriona, rechazando el producto de posibles robos o el
comercio ilícito de propiedades culturales, comportándose de manera que inciten
a ser nuevamente bienvenidos si alguna vez regresan.
3.4
La
planificación de actividades turísticas debería ofrecer al visitante
posibilidades adecuadas de confort, seguridad y de sentirse a gusto, de modo
que aumente el disfrute de la visita sin impacto negativo para las
características significativas o ecológicas del sitio.
Principio 4
Las
comunidades anfitrionas y los pueblos indígenas deberían involucrarse en la
planificación de la conservación del Patrimonio y en la planificación del
Turismo.
4.1
Deberían
respetarse los derechos e intereses de la comunidad anfitriona, local y
regional, así como a los propietarios y a los pueblos indígenas implicados que
ejercen derechos o responsabilidades tradicionales sobre su propio territorio y
sitios significativos. Todos ellos deberían involucrarse en el proceso de
establecer objetivos, estrategias, políticas y métodos para la identificación,
conservación, gestión, presentación e interpretación de sus propios recursos
patrimoniales, de sus prácticas culturales y de sus actuales expresiones
culturales, dentro del contexto turístico.
4.2
Cuando
el Patrimonio de un Sitio o región concretos pueda tener una dimensión
universal, deberían respetarse las necesidades y los deseos de las diversas
comunidades o pueblos indígenas para restringir o administrar la región y el
acceso físico, espiritual o intelectual a determinadas prácticas culturales,
conocimientos, creencias, actividades, objetos o lugares.
Principio 5
Las
actividades del Turismo y de la conservación del Patrimonio deberían beneficiar
a la comunidad anfitriona.
5.1
Los
legisladores deberían promover medidas para una equitativa distribución de los
beneficios del Turismo de modo que éstos sean repartidos entre los diversos
países o regiones, aumentando los niveles de desarrollo económico y
contribuyendo a erradicar la pobreza cuando así sea necesario.
5.2
La
gestión de la conservación del patrimonio y de las actividades turísticas
debería proporcionar beneficios equitativos de carácter económico, social y
cultural a los hombres y mujeres de la comunidad anfitriona, a todos los
niveles, a través de la educación, la formación y la creación de oportunidades
de empleo a tiempo completo.
5.3
Una
parte significativa de la renta proveniente de los programas turísticos en
Sitios con Patrimonio, debería dedicarse a la protección, conservación y
presentación de los propios Sitios, incluyendo sus contextos naturales y culturales.
Cuando así sea posible, los visitantes deberían ser informados acerca de esta
distribución de la renta.
5.4
Los
programas turísticos deberían alentar la formación de los intérpretes y guías
del Sitio provenientes de la propia comunidad anfitriona, para aumentar la
capacidad de la población local en la presentación e interpretación de sus
propios valores culturales.
5.5
Los
programas educativos y de interpretación del Patrimonio entre las personas de
la comunidad anfitriona deberían involucrar a los interpretes locales. Los
programas deberían promover el conocimiento y el respeto de su patrimonio,
animando a los hombres y mujeres de la comunidad a interesarse en el cuidado y
la conservación del mismo.
5.6
La
gestión de la conservación del Patrimonio y de los programas de Turismo debería
incluir la educación y posibilidades de formación para los legisladores,
planificadores, investigadores, diseñadores, arquitectos, intérpretes,
conservadores y operadores turísticos. Los participantes en estos programas de
formación deberían ser incitados para comprender y ayudar a resolver los puntos
de vista, a menudo conflictos, y los problemas a los que se enfrentan el resto
de sus colegas.
Principio 6
Los
programas de promoción del Turismo deberían proteger y ensalzar las
características del Patrimonio natural y cultural.
6.1
Los
programas de promoción del Turismo deberían producir expectativas reales e
información responsable en los visitantes potenciales, acerca de la cultura
específica y de las características patrimoniales del Sitio o de la comunidad.
6.2
Los
Sitios y las colecciones de diversos objetos de significación patrimonial
deberían promocionarse y gestionarse de modo que se proteja su autenticidad y
aumente la vivencia del visitante, diluyendo los flujos de visita pública en
las llegadas al Sitio y evitando el excesivo número de visitantes al mismo
tiempo.
6.3
Los
programas de promoción del Turismo deberían proporcionar correcta distribución
de beneficios y amortiguar la presión sobre los Sitios más visitados animando
al visitante a experimentar otros diversos aspectos del patrimonio cultural y
natural de la región o localidad.
6.4
La
promoción, distribución y venta de recuerdos locales y otros productos deberían
ofrecer una razonable contrapartida social y económica a la localidad
anfitriona y asegurar al mismo tiempo que no se degrada su propia integridad
cultural.
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